jueves, 29 de septiembre de 2016

Manifiesto maraquil.

¡He vuelto! 




Y había pensado partir esta segunda temporada contándoles un poco a grandes rasgos sobre mi vuelta a la capital, cual Carmela y por ende, a las pistas, pero creo que hay un par de cosas que aclarar antes de seguir con esto.

Me defino como mujer, como libertaria y libertina, como lujuriosa rozando en lo ninfómana, como hedonista y principalmente, levantando la frente bien en alto e hinchando el pechito (quizá hasta sacando el potito pa equilibrar) como MARACA y soy militante del maraqueo.



Primero, sobre el tema de mis adicciones con las que bromeo.
Soy, como dice la Martina (amor eterno), borracha pero no alcohólica. Me gusta beber y lo hago constantemente, pero no he tenido problemas con ello y si los llego a tener, sería otro tema. Lo mismo se aplica para las drogas que consumo.
Y aclaremos el tema de la ninfomanía, que además, está tan en boga. La ninfomanía como tal es una adicción, y por lo mismo, se define como dependencia a un estímulo, en este caso: sexo. Usted no sólo anda caliente todo el día toda la noche, o se tira a todo ser humano que respire sin escrúpulos, además, pasa a ser una prioridad en su vida. Le sudan las manos cuando siente la incesante necesidad de sexo, siente la angustia si no puede satisfacer su deseo y a penas lo siente satisfecho, se vuelve a generar esta necesidad perpetua. Empieza a entorpecer su desarrollo social, psicológico y emocional. Como toda adicción, es un reflejo de que algo más está fallando, así que si usted siente que está siendo un problema inmanejable, vaya y busque ayuda. Si este tema es problema o no, para el resto pero para usted no, déjese de culpas y disfrute, porque usted es sólo caliente y eso, está muy bien.


Ahora el tema de la definición de maraca (según yo).



Desde siempre se ha desplazado a la mujer como “lo otro” y enajenando a la misma a una contraparte, se olvida del parámetro de igualdad. Por ende, la mujer ha sido tratada sólo como objeto de placer para el hombre o como ser asexuado. Y ante la sorpresa de esta sociedad, la mujer sí es un ser sensible, sexual y libre. Ante el espanto de muchos/as, quienes disfrutan su cuerpo y lo hacen de forma libre (de éticas ajenas), son menoscabadas con, en este caso, apelativos como maraca.

Maraca entonces, se define como una mujer que vive su sexualidad y la disfruta. Porque no podemos olvidar que se nos ha negado además, el disfrute.

Tipos de maracas.



Maraca militante:
Maraca que sabe que es maraca, que vive su sexualidad sin importarle la opinión del resto y que no le ofende la palabra, porque no es más que el reflejo de una realidad que no es negativa para ella, aunque lo sea para el resto.
Además, esta mujer, es responsable. Sabe que las relaciones sexuales son con otro ser y debe tener cuidado e higiene en ello (hay que lavarse el potito).
No sólo busca su propio placer, ni el fin último del sexo es el orgasmo, porque disfruta el acto en sí. Es una guerrera que va siempre lista con casco a la lucha, es compañera y apaña a todas y en todas, siempre va lista con un condón y un elástico para el pelo.
Esta mujer va con la sinceridad por delante y jamás te va a enamorar para tenerte entre sus piernas, porque desde el primer momento te dirá lo que quiere y cómo lo quiere.



Maraca mala:
Es una mujer que vive su sexualidad de forma libre, pero no piensa en el/la otro/a. Es la rompe-hogares, la patas negras, es la que se tira hasta a tu papá, en tu cama y en frente tuyo, porque no le importa más que culear. Es la que no le importa si hiere a alguien y hace todo lo que sea necesario para obtener su objetivo.
Sí bien, a veces, hay que ser un poco maraca mala, pero hay que evitar siempre-siempre esta categoría.



Falsa maraca:
Es la mujer que dice que va a todas pero se da color*. Te acepta la invitación y te dice que sí a todo, pero luego que no. No es que se arrepienta, porque ella sabía desde el principio que no iba a pasar nada contigo, a pesar de todo lo que te dejó claro para pensar que sí, es que ella sólo quiere atención. Es la se dice ninfómana pero lleva un año en su cama sin hacer nada al respecto. Es la que no conoce su cuerpo, pero lo grita como si supiera. Es la que no se conoce en absoluto, pero te exige que tú sí.



Mojigata:
Esta mujer no es maraca ni piensa en serlo. Al contrario, cree que el sólo hecho de pensar en la palabra la ensuciará por el resto de su vida. Ella no cree que su cuerpo pueda ser un lugar de placer. Ella sólo come para alimentarse, sólo tiene sexo para reproducirse, sólo duerme las horas debidas, sólo hace lo que el resto le impone que debe hacer según esos estrictos y ceñidos parámetros. Esta mujer no vive ni goza.
Mojigata en cubierto:
Esta subcategoría es de la que disfruta, vive, goza, pero juzga. Juzga a la vecina, a la compañera, a la mejor amiga, a la mamá. Juzga y envidia. Ella no cree que salir a carretear sea el peor pecado, pero mirar con otros ojos a otro hombre que no sea su pololo (de turno) sí lo es. (Atención, ella es la que más grita en las despedidas de soltera.)



Maraca prospecto:
Esta mujer quiere ser libre libre como el viento, pero le cuesta. Tiene toda una moral con la que carga y le pesa cada vez que está en su cama y piensa en tocarse. Esta mujer está pasando por una transición y como toda transición, es un proceso difícil, pero debe ser constante y abierta de mente (y de piernas) para poder seguir la línea final a lo que ella quiera llegar. Crear sus propios estándares a seguir y cuestionar los ajenos. Esta mujer quiere probar opciones nuevas, está experimentando y quizá se despierte muchas veces con caña moral, pero serán cada vez menos seguidas (promesa).



Maraca wannabe:
Esta mujer es la que secretamente desea ser una maraca de verdad, pero le cuesta, siente que no es lo suyo y jamás lo será, así que sufre. Disfruta sentada escuchando todas las aventuras que ella no puede vivir, todas las peripecias las saborea como si sólo pudiera alimentarse de ellas. Esta maraca en espíritu puede que juzgue o no, pero vive anhelando que su vida sea diferente. Le falta darse cuenta que ella también puede, pegarse un zamarreo y mandarla a vivir.




Maraca vieja:
No, no me refiero a una milf. Me refiero a una mujer que lleva años en esto. Que ya se las sabe por libro y tú sólo debes tomar apuntes para que puedas aprender lo más posible de ella. Es una mujer directa y gozosa. Quizá ha roto muchos corazones con el paso del tiempo, pero jamás ha sido porque les ha vendido la pomá, ha sido porque en el acto le han gritado que la aman, que no dan más, que es la mejor y lo es. Sabe a qué motel ir, o vive sola y no te pregunta si ir al depto.. tuyo o al de ella, porque agarra el taxi y te lleva a su casa. No te hará el desayuno, más bien te despachará temprano, porque probablemente tenga una reunión importante o un viaje, pero como es guerrera, eso jamás le impedirá un buen culión.


Un consejo:
Aprenda, cuestione, cree sus propias reglas y libérese. Quiérase y sea responsable. Sea una mejor persona y disfrute de todo.





*Darse colorsh:
Darse color es negarte a todas las invitaciones porque estás cerrado/a a probar. Es decir que no, cuando quieres decir que sí. Es reprimir tus deseos. Es creerse (más) importante y por ende, negarte a cualquier oferta por considerarla indigna de ti.
Esto no tiene que ver con la posibilidad de decir que no, o de arrepentirse en el acto. Recuerde que no se le debe obligar a nada a nadie. La frase “no haré nada de lo que no quieras” debe ser más que respetada y no sólo una chiva al aire.


Como siempre, un placer [estar de vuelta],
M.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. No estás solo! Tú puedes ir y maraquear c: No pasa nada, está todo bien. Suéltate las trenzas 1313

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