Líneas de @Hexelot |
Prólogo.
Si bien existen las personas del tipo #DramaQueen, yo no pertenezco a esa categoría, pero justo en este momento, sentada en mi cama, arrepintiéndome por todo lo que he hecho y sintiendo pena por mí misma, me cuestiono si quizá no lo somos todos/as un poco.¿Se han dado cuenta que en el momento en el que creen que va todo bien, de pronto, algo hacen para cagarla? La conversación con la persona que les gusta va fenomenal, pero dicen algo de mal gusto y muere la magia. La relación con su mejor amiga va recuperándose después de mucho tiempo y tiran un comentario que saben debieron callarse. Les ha ido la raja en los estudios y deberían estudiar para mañana, pero aquí están leyendo esto y quizá después vean una película sin relevancia. Hay mil ejemplos, pero la constante es la misma.
En este caso, tengo dos preguntas: ¿somos nosotras/os que nos saboteamos o es que el mundo simplemente no es perfecto?
Les relaciones humanas no son siempre perfectas y por más que creas que todo está bien, no tiene nada de malo que algo no salga como esperabas, lo importante es tomar cartas en el asunto y hacer algo.
Hace muchos años atrás, en la vida de una púber M, las cagué inmensamente (lo era para esas dimensiones en mi vida). Después de recibir la sentencia de “condicional”, el desprecio de mis “mejores amigas” y la reprobación del tipo que
Sobre el autosabotage: ¿de dónde nace el impulso de cagarla cuando se cree que se está todo bien? Partiendo por que, insisto, nada nunca es perfecto y está bien que nada lo sea (incluyendo cagarla de vez en cuando), está además la presión de que todo debe ser perfecto y, según yo, es esta presión que colapsa al punto de hacer algo que, sabiendo en el fondo de tus entrañas, no deberías hacer.
A pesar de nuestros errores, siempre hay alguna forma de salir victoriosas/os de eso (sí, soy la reencarnación de Pilar Sordo. Ok, no) de sacar algún provecho. Pero ya sea aprendiendo, ya sea reconciliándose, o lo que sea, recuerden que no están solas/os. Todo el mundo las caga. No será ni la primera ni la última vez. Así que agarren sus cuerpos, tomen valentía, solucionen lo que puedan y lo que no, denle tiempo.
Un placer, M.
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