viernes, 1 de julio de 2016

La orgía

Conociendo a la dama blanca.


Era cumpleaños de mi mejor amigo Gaspar, compramos globos que pusimos por toda la casa cual película gringa, cositas pa comer que se acabaron en dos segundos y les pedimos a los argentinos que se hicieran los djs porque la sueca debía trabajar hasta tarde.

Tengo un poco de borrones de esa noche, pero creo que todos nuestros amiguitos (reality completo) estaban ahí. 



(Para el cumpleaños de la argentina, hicimos brownies de marihuana, pero había tanta que no fue necesario, una amiga se lo comió igual y llegó con la pálida al otro día a la pega. Nosotras, con #Majo lo guardamos para el día del carrete masivo #siempreready.)





Llegaban los invitados y como buena anfitriona dejaba sus cositas en lo oscurito (mi pieza). La gente empezó a beber, a bailar en una pista iluminada bien kuma con un foco que venía de la otra pieza y la distorsión se armó. Muchos se fueron, pero los que quedaron eran gente como yo, que siempre quería más. Yo aproveché de bailar sensualmente con los argentinos que siempre fueron mi fantasía y me comí a un par de amigos de quién sabe quién y en algún momento terminé con las pechugas afuera en la cocina comiéndome al washito rico de la noche.



El carrete estaba muriendo hasta que alguien sacó una botella y como quinseañeros, empezamos a jugar a la botellita y todo se descontroló; "oye, nosotros no nos hemos besado" paf, beso. Así hasta que nos comimos entre todos y todas; besos triples, besos con lengua y manoseos a otros cuerpos, quién decía ser hetero esa noche salió del closet (aunque volvió a entrar cuando despertó con mi amigo en su cama ups). Cada cual volvió a sus aposentos con su chiquillo/a de preferencia 1313 y yo me fui donde había más distorsión


Había llegado el dealer de mi amiga sueca, al que le dio mucho placer conocerme  -aunque no sé por qué-, sacó varias bolsitas con harina dentro (saludos a los tíos de la  PDI). 

Haré un pequeño paréntesis: Cohelo no es mi escritor favorito, ni nada por el estilo, pero ver como se formaban esas líneas en su portada, lo ha hecho el autor más estimulante al que he tenido alcance. Sigamos.



Una y otra vez compartía con la sueca que me preguntaba si estaba segura al principio (era mi primera vez) y luego cuando ya hablábamos hasta por los codos en inglés, francés, sueco y weás varias, ya sentía que había llegado a mi cuota y ella me decía muy tiernamente "la mitad tú y la otra mitad yo" y accedía.

Quería tirarme al amigo del pololo de la sueca, pero al pobre se le había muerto alguien y me dio delasmorales. Ya nos habíamos besado y supongo que con eso tenía que conformarme. 



Despertó #Majo y nos hizo caldito de mariscos pa reponer lo no dormido. Por lo demás, dormí como tres días seguidos y desperté con marcas extrañas como si hubiera tenido un encuentro del tercer tipo.



Un placer, M.


No hay comentarios:

Publicar un comentario